Periodismo y crisis: Caso Venezuela

28.03.2011 23:35

28/03/2011 23:35 Oriana Uzcategui

 

Los medios de comunicación venezolanos dejaron de ser informadores neutrales y objetivos de la situación que vive el país, para convertirse en un actor más de la crisis, quizás debido a que los mismos responden a los intereses de un pequeño grupo o una sola persona.

 

A todo lo que acontece en el país se le podría dar un mejor tratamiento periodístico si los profesionales de la información se enfocaran más en hacer periodismo de calidad; más allá de dejarse arropar por el exceso informativo que inunda la cotidianidad del venezolano. Es decir, actualmente los periodistas tratan de abarcar más cantidad de trabajo que con el que realmente pueden; lo que aun no se sabe, es si lo hacen para salvar su pellejo o para sobrevivir.

Lamentablemente la falta de equilibrio mediático ha ocasionado una gran divergencia entre los ciudadanos, debido a que la información está polarizada; los medios de comunicación han tomado posiciones y con ellas, han excluido las posibles razones que justificarían muchas de las acciones de las cuales hoy el pueblo es victima o afectado.

La polarización ha implicado un desconocimiento del otro, pues tanto medios como periodistas se han atrincherado en posiciones que excluyen la posibilidad de entender al otro, ocasionando a su vez un prolongado círculo vicioso. Es decir, la parcialidad política de los medios privados es respondida por una toma de partido extrema en los medios estatales, así como de discursos oficiales que colocan en el terreno enemigo a las principales empresas mediáticas del país.

¿Qué ocurre? ¿Cómo ha afrontado el periodismo venezolano la crisis que atraviesa el país?; responder a esto no es tan sencillo, quizás si se mira con lupa se pueda dilucidar que acá cada partido político cree tener la verdad y por ende excluye cualquier puente de entendimiento con el adversario. En estos casos, los medios se han avocado a reproducir dichos discursos excluyentes, además de adentrarse en la denominada agenda periodística- simbólica que no hace más que reforzar el desconocimiento del otro.

 

Pensar que todo esto surgió del entendimiento que en décadas pasadas se tenían los medios, los cuales se veían como canales confiables para la demanda ciudadana; pero actualmente la realidad es otra, ya que la debilidad de partidos políticos, la fracturas en los sistemas económicos y educativos, entre otros, dejan la puerta abierta para que los medios asuman su rol político y decidan quien puede hablar sobre que tema.

 

Los medios venezolanos se han convertido en el espacio donde se constituye la estrategia política, lo que representa un cambio radical en la relaciones entre el poder político y los medios de comunicación.

Tristemente toda ésta situación ha devenido en la creencia de que si se es imparcial en la noticia se le están dando armas al enemigo, no se puede seguir siendo condescendiente y evitar la preguntas difíciles cuando el entrevistado o protagonista del hecho es un personaje afín a la ideología del medio; lo ideal sería que los medios evitaran la propaganda política.

Queda ver hasta donde llega la pausa ética que desde hace más de una década mantiene los medios de comunicación venezolanos. Sólo queda esperar el desarme completo de la palabra para así recuperar la práctica periodística de calidad.

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